REFLEXION CALILA Y DIMNA
En la obra de Calila y Dimna se presenta la posibilidad de acercarse a un mundo literario original y de una complejidad muy atractiva. En un árabe exquisito, Ibn al -Muqaffa’ ofrece al mundo árabe del siglo VIII un conjunto de saberes y tradiciones de origen oriental. La edición que recoge la traducción de Marcelino Villegas se presenta ante todo como un texto accesible y ameno sin olvidar el necesario comentario de la obra en las primeras páginas. Una introducción completa y no muy extensa permite al lector acercarse a una obra compleja y profunda que de otro modo no permitiría desfrutar de ella en su justa medida. Salvando la artificiosidad que caracterizan la mayoría de los diálogos, no pierde en absoluto la sencillez amena y la lectura ligera que un lector no especializado podría desear. La lectura de Calila y Dimna sugiere múltiples reflexiones, pues como advierte Ibn al-Muqqafa‘, «el libro, por sí mismo, aúna sabiduría y solaz»[1]. A lo largo de los diversos cuentos que se reúnen en la obra, surgen al paso cientos de apólogos y anécdotas que reflejan todo un mundo de imágenes y símbolos propios. El saber popular, la forma especial de entender el mundo, las inquietudes y miedos más humanos, son el constante trasfondo de cada cuento; pero no es más que el sentir universal que subyace tras cada gran obra. Es precisamente este amplio abanico del sentir humano que se encuentra en la obra de Ibn al -Muqaffa‘, el que permite encontrar una conexión, por lejana y anacrónica que pueda resultar, con los Cuentos de Chaucer, los Fabliaux o las enseñanzas del Zadiq de Voltaire. Sin perder de vista la intención didáctica de Calila y Dimna, Paydeba ilumina con su sabiduría el rey Dibxalin, llevando a la mayor de las dignidades el conocimiento al que el hombre puede llegar a través de la observancia de las virtudes. La figura del gran rey filósofo o sabio, idea recurrente en la literatura antigua recuerda inevitablemente el Ciro que describe Jenofonte con admiración. El buen gobernante que a través de la virtud asciende hasta lo más alto, que rechaza los excesos, que cultiva la justicia hasta su extremo, que trata a su pueblo con cercanía y compasión. Lejos del pragmatismo maquiavélico, Calila y Dimna ofrece un ideal utópico, una enseñanza ejemplar que educa al gobernante con la humildad del sabio y el asceta....Seguir Leyendo
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